María Álvarez Malvido es antropóloga y experta en comunicación en comunidades indígenas de América Latina. Comparte con DW Akademie las aportaciones de los medios de comunicación comunitarios durante la pandemia.
DW Akademie: ¿Qué pueden ofrecer los medios comunitarios y locales en tiempos de crisis y qué aportan a sus comunidades?
María Álvarez Malvido: En muchos territorios, los medios de comunicación comunitarios y locales se han ganado un papel central y de confianza en el acceso y el intercambio de información. Esto, creo, es el resultado de su compromiso permanente con las formas de comunicación locales, el conocimiento local, la memoria de la comunidad, las historias, las necesidades y los deseos. También gracias a los esfuerzos por reclamar el derecho a comunicar de forma local, autónoma y soberana.
En tiempos de crisis, como la de la COVID-19, los medios de comunicación comunitarios son una herramienta relevante que ayuda a las comunidades a salvar vidas. Creo que esto es así por dos razones: una, por su papel de "traductores" de información global o nacional (a veces en línea) a un contexto local. Por ejemplo, compartiendo información regional sobre vacunas u otros planes y servicios de salud pública. En segundo lugar, pero igualmente importante, por facilitar el acceso y compartir los conocimientos sanitarios locales.
En México, por ejemplo, desde el comienzo de la pandemia, muchas comunidades indígenas decidieron cerrar la entrada a sus territorios y/o prestar servicios sanitarios locales, en lugar de nacionales. En este contexto, algunas radios locales tuvieron un papel fundamental al compartir estas directrices locales junto con las del gobierno federal. Por traducir, me refiero a las lenguas locales, pero también a analizar, discutir o seleccionar la información global o regional de forma que sea útil para la comunidad.
¿Qué aportan los medios de comunicación comunitarios y locales en materia de cosmovisión, diversidad cultural y lenguas indígenas?
Yo diría que los medios de comunicación locales y comunitarios tienen un papel en la preservación de la vida, no solo en términos de la COVID-19, sino también en términos de diversidad cultural y lingüística. La radio se ha convertido en una herramienta de comunicación muy importante para muchas comunidades. Permite la continuidad de la memoria colectiva a través de la tradición oral y contribuye a la revitalización de las lenguas indígenas – muchas de ellas en peligro de extinción por décadas de colonización –, que guardan los conocimientos ancestrales y las formas de vida en relación con los territorios específicos y los ecosistemas concretos y otras formas de vida en su interior. En diferentes contextos, es un lugar para la participación de los ancianos, los guardianes del conocimiento, los niños, la narración de cuentos, las noticias y la música, que forman parte de la vida de la comunidad, pero que los medios de comunicación masivos y centralizados suelen ignorar.
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¿Cuáles son los principales retos para estos medios de comunicación en tiempos de restricciones de la COVID-19 y realidades de postpandemia?
Muchos medios de comunicación comunitarios dependen del contacto interpersonal para colaborar, elaborar agendas, producir y emitir sus producciones. Aunque en la mayoría de las radios comunitarias hay ordenadores personales, no es el caso de muchos hogares, por lo que los teléfonos y el acceso a Internet se han convertido en un imperativo para seguir trabajando. La reciente necesidad de relacionarse en línea aumentó rápidamente la dependencia de software y herramientas comerciales, que no son siempre accesibles o asequibles para muchos comunicadores. Esto supuso retos económicos relacionados con el acceso y la asequibilidad, así como riesgos en torno a la privacidad y la seguridad digital.
¿Qué aporta este nuevo software de código abierto a la labor de estos medios y a su trabajo con las comunidades?
Colmena ofrece herramientas de código abierto para planificar, producir, transmitir, archivar y compartir sus contenidos radiofónicos. Fue un proceso de desarrollo colaborativo y diverso con radios de África y América Latina, teniendo en cuenta los flujos de trabajo, las necesidades y las ideas.
Creo que su aportación también está ligada a su nombre, que se decidió de forma colectiva. Viene de la idea de una colmena como lugar común donde las abejas –profesionales de la comunicación – pueden reunirse para compartir el polen – la información – que han cosechado, y producir la miel – el contenido – para el bienestar de la comunidad. En este sentido, es un lugar para que las radios creen, compartan y accedan a los contenidos, pero también un lugar donde las radios comunitarias y locales de todo el mundo pueden aprender sobre sus diversos territorios, intercambiar contenidos y coproducirlos. Creo que puede ser un lugar para articular las colaboraciones existentes, pero también un punto de partida para muchas más colaboraciones futuras.
El software de código abierto Colmena se desarrolló en estrecha colaboración con 23 radios comunitarias y organizaciones de medios de comunicación de 13 países de África y América Latina
¿Cómo ha sido la experiencia de cocreación de Colmena con las diferentes comunidades? ¿Cuál ha sido el momento más emocionante o memorable que ha acompañado a este proceso?
La experiencia de cocreación ha sido un viaje de aprendizaje para quienes hemos participado. Especialmente, una oportunidad increíble de colaborar con comunicadores y comunicadoras increíbles de diferentes territorios, que me revelan la diversidad potencial de la comunicación cuando surge de procesos comunitarios en relación con un territorio local. También, las poderosas reflexiones y posibilidades que surgen cuando nos involucramos con la tecnología, en colaboración con diversos actores, como desarrolladores, comunicadores y diseñadores.
Un momento memorable para mí fue nuestra primera o segunda reunión con los medios de comunicación de América Latina y África, donde invitamos a los comunicadores a compartir sus sueños. Esto puso de manifiesto la profundidad de las reflexiones y las razones para comprometerse en este proceso colectivo, al tiempo que descubrimos que el lugar para hacerlo parecería una colmena.
María Álvarez Malvido es antropóloga y experta en comunicación, especialmente en comunidades indígenas de América Latina, sobre todo en México. Su experiencia incluye la organización y comprensión de intranets. María Álvarez Malvido trabaja para REDES A.C., una organización mexicana asociada a DW Akademie. DW Akademie y REDES A.C. desarrollaron el software de código abierto "Colmena", una cocreación con medios locales y comunitarios de América Latina y África. El proyecto Colmena forma parte de la iniciativa global "Transparencia y libertad de los medios de comunicación - Resistencia a la crisis en la pandemia", lanzada por el Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo y DW Akademie.