Un medio digital en Venezuela aprovecha el uso de WhatsApp para crear espacios de diálogo constructivo sobre COVID-19 y política.
En 2016, el periodista venezolano César Batiz tuvo un momento eureka. Estaba en una conferencia en Miami escuchando a sus colegas brasileños explicar cómo utilizaban la plataforma de mensajería WhatsApp con el fin de recoger ideas para historias de entre sus lectores y lectoras. El Pitazo, el medio de comunicación online independiente y sin ánimo de lucro que Batiz había fundado dos años antes, podía utilizar WhatsApp para lo mismo y mucho más.
Fundado en 2013 en Caracas, capital de Venezuela, para ofrecer información confiable a un público de bajos ingresos, El Pitazo, cuyo nombre alude al sonido metafórico del silbato de los informantes o whistleblowers, opera en un entorno muy restrictivo. A sus reporteras y reporteros les han negado el acceso a actos públicos y su sitio web no sólo ha sido objeto de ciberataques sino que también ha sido bloqueado repetidamente por el principal proveedor estatal de Internet. Además, el gobierno venezolano ha acusado a El Pitazo y a otros medios independientes de ser "mercenarios del periodismo", financiados desde el extranjero con el fin de derrocar al gobierno.
Adaptando el modelo brasileño de uso de WhatsApp, El Pitazo pudo conectar directamente con su audiencia y crear un espacio de interacción libre entre periodistas, lectoras y lectores. WhatsApp es muy popular en Venezuela porque sus grupos cerrados de mensajería no pueden ser localizados, censurados ni bloqueados por las autoridades.
"La censura nos afecta de muchas maneras", explica Rena Camacho, periodista de El Pitazo: obstaculiza la libre expresión de las y los periodistas y les impide acceder e informar a su audiencia, que ya de por sí está expuesta a la desinformación impulsada por el Estado.
Desde mensajes de voz y talleres a crowdsourcing de noticias
En este contexto político, el primer paso lógico para Batiz y su equipo fue utilizar WhatsApp para ofrecer a su audiencia breves informes sonoros diarios, llamados noteaudios. Lanzados en 2017, estos resúmenes de cuatro minutos de las principales noticias del día podían compartirse fácilmente en redes sociales. Los noteaudios también cumplían las directrices de la redacción de El Pitazo de utilizar "la tecnología y todas las alternativas posibles para llegar a los grupos sociales más desfavorecidos, que son nuestro público objetivo".
Inspirado por enfoques similares en la región, Batiz comprendió rápidamente que las redes sociales no sólo servían para llevar información a la audiencia, sino que también podían ayudar a El Pitazo a alcanzar su otro objetivo fundamental: producir un periodismo que respondiera a las necesidades de la ciudadanía. Aunque, dijo Batiz a DW Akademie, con una salvedad:
"Sabíamos que no teníamos ni los conocimientos ni la capacidad [suficientes periodistas] para atender nuestro canal de WhatsApp, así que decidimos invertir el proceso". Esto significó trabajar con las comunidades, no sólo para ayudar a El Pitazo a llegar a audiencias más amplias, sino para que, dándoles herramientas y habilidades a las personas que leen sus noticias, se convirtieran en los oídos y ojos de los periodistas en todo el país.
Poco después de regresar de esa conferencia de Miami en octubre de 2016, Batiz lanzó un nuevo proyecto piloto de El Pitazo: InfoCiudadanos, un taller presencial en un barrio de bajos ingresos de Caracas. Rápidamente la iniciativa se extendió a toda Venezuela. Comunidades locales de lectoras y lectores de todo el país invitaron a las y los periodistas de El Pitazo a capacitar a más de 1.300 personas en el uso de fuentes de información confiables y verificadas, y a mejorar sus habilidades para el uso de redes sociales, en cerca de 120 talleres.
Las y los infociudadanos, personas informadas y participantes de los talleres, se convirtieron en parte integral del proceso de recopilación de noticias de El Pitazo. Presentaban propuestas de reportajes y proporcionaban informes impactantes sobre la vida en sus comunidades, material que las y los periodistas podían transformar en contenido informativo. Gracias a InfoCiudadanos, por ejemplo, El Pitazo se enteró de un corte de más de cinco días en el suministro de gas que afectó a decenas de familias en un barrio cercano a Caracas, recuerda Batiz.
Estos talleres dieron lugar a una iniciativa similar en 2019, cuyo objetivo también era establecer un contacto más estrecho con la audiencia. En este nuevo proyecto las y los infociudadanos podían solicitar que expertas y expertos visitaran sus comunidades para hablar sobre temas relevantes que les afectaban, como la salud o la crisis climática. Desde el inicio del proyecto, las discusiones han abordado cuestiones de género, política y medio ambiente, entre otras.
Para Rena Camacho, el mayor impacto de estas dos iniciativas es que le permitieron a El Pitazo construir y mantener una conexión estrecha con las comunidades a las que sirven. Gracias al uso de la aplicación de mensajería pudieron informar y capacitar a su audiencia respondiendo a sus necesidades.
El equipo de EL Pitazo: profesionales cualificados y comprometidos a ofrecer una cobertura informativa precisa y actualizada en Venezuela
La pandemia de COVID-19: convirtiendo la crisis en oportunidad
Cuando la pandemia golpeó el país a principios de 2020, Batiz y su equipo tenían claro cómo adaptarse orgánicamente al trabajo en línea. A partir de los aprendizajes de Noteaudios e InfoCiudadanos, para entonces ya profundamente arraigados en la cultura popular venezolana, decidieron utilizar la aplicación de mensajería para ayudar a generar noticias. Mientras muchos otros medios apenas experimentaban por primera vez con formatos como Zoom y livestreams, El Pitazo ya sabía lo que le funcionaba. "Teníamos experiencia en el uso de WhatsApp como herramienta para distribuir contenidos", dijo Batiz. "Sobre esa base pudimos montar rápidamente InfoCiudadanos y el Café con El Pitazo en WhatsApp".
El primer Café con El Pitazo tuvo lugar un mes después de que se declarara la pandemia en Venezuela: fue un forochat, literalmente un foro para chatear con un experto sobre educación en línea. Este primer intento fue un éxito: más de 500 personas participaron en el forochat en dos grupos de WhatsApp (la aplicación pone un tope de 256 usuarios por grupo).
Desde su transición al trabajo en línea, El Pitazo ha convocado 240 forochats sobre temas que van desde el medio ambiente hasta los derechos LGBTQ+. En agosto de 2022, por ejemplo, un forochat con Joaquín Benítez, experto en desarrollo sostenible, abordó el tema de la construcción de hoteles de lujo e infraestructura turística en Isla Tortuga, una isla del Caribe venezolano.
Según Camacho, el formato forochat funciona muy bien en el contexto local. "Aquí hay frecuentes cortes de luz que nos dejan sin conexión a Internet. Una de las ventajas de este formato es que, aunque no estés conectado, puedes descargar los mensajes después y leerlos", dice Camacho.
Los forochats exigen flexibilidad y una revisión constante de las sugerencias de las y los usuarios. Gracias a esta actitud de "mente abierta", el Pitazo experimenta con diferentes franjas horarias para adaptarse mejor a las necesidades de su audiencia.
El Pitazo ha establecido un conjunto de normas (ver el cuadro de información abajo) que todas las personas participantes deben cumplir durante los forochats para mantener un ambiente de diálogo abierto y constructivo. Estas reglas se comparten 30 minutos antes de cada evento y su incumplimiento tiene como consecuencia la expulsión del chat y la prohibición de volver a ingresar. Camacho y su equipo actúan como moderadores y garantizan el cumplimiento de las normas. A pesar de haber experimentado algunas disrupciones, la experiencia ha sido mayormente positiva y han logrado mantener un diálogo civilizado incluso sobre temas controvertidos. Camacho señala que si bien la censura no ha sido un problema, algunos usuarios han bombardeado el grupo con propaganda estatal y vídeos relacionados con el gobierno. En casos así, estos usuarios reciben una advertencia y, si no respetan las normas, son expulsados del foro.
Refiriéndose a la pandemia de COVID-19, Camacho afirmó, "la crisis nos hizo más creativos. De hecho los forochats resultaron tener tanto éxito, que decidimos mantener abierta esta forma de diálogo con las comunidades".
En 2023, El Pitazo planea implementar un formato híbrido, manteniendo los forochats en línea y regresando a las comunidades para realizar talleres y charlas presenciales con su público objetivo.
Normas y reglas del forochat:
Conclusiones y aprendizajes:
El Pitazo es uno de los casos de estudio del proyecto Reclaiming Social Media de DW Akademie, centrado en el diálogo público constructivo en los medios sociales.
Un equipo de investigadores y periodistas de África, Asia, Europa, América Latina y Oriente Medio/Norte de África ha investigado los retos actuales del diálogo público constructivo en las redes sociales y las formas de abordarlos. En su viaje, han plasmado la experiencia de medios de comunicación que han desarrollado iniciativas que promueven espacios y formatos de diálogo constructivo.