Lissette Lemus, participante del proyecto #CambiaLaHistoria, comparte sus reflexiones sobre las nuevas narrativas en torno a la violencia de género y el rol del periodismo constructivo.
Lissette Lemus es una fotógrafa documental salvadoreña con más de 20 años experiencia. En sus trabajos aúna el fotoperiodismo con la escritura para abordar temas sociales con enfoque en la defensa de los derechos humanos y, específicamente, en los derechos de las mujeres y las poblaciones vulnerables, como las personas migrantes.
Lemus fue participante de la segunda edición del proyecto #CambiaLaHistoria, impulsado por DW Akademie en conjunto con el medio salvadoreño Alharaca. Su reportaje "El baño dejó de ser una amenaza para las mujeres de Pushtan", publicado en el periódico salvadoreño El Diario de Hoy, relata cómo la organización feminista Mujeres de Xochitl ha conseguido la construcción de baños privados que podrán usar unas 15 niñas y mujeres del municipio de Nahuizalco.
En este caserío de origen indígena al occidente de El Salvador, más de 20.000 personas viven en pobreza y unas 7.000 en pobreza extrema, según el trabajo de Lemus. En ese contexto, un gran número de niñas y mujeres se ven obligadas a bañarse al aire libre o en espacios improvisados.
Lemus tiene una larga experiencia en la cobertura de temas complejos, ahora también desde un ángulo constructivo
DW Akademie: Los trabajos de #CambiaLaHistoria se enfocan en violencias de género invisibilizadas. ¿Cómo encaja en ese contexto tu reportaje?
Lissette Lemus: La falta de acceso a un baño privado vulnera el derecho a la intimidad. La mayoría de las mujeres tenemos acceso a un baño privado en el que podemos quitarnos la ropa y bañarnos tranquilamente sin ser observadas por nadie, no tener algo tan simple y cotidiano es un motivo de incomodidad para muchas niñas y mujeres. La falta de un espacio privado no les permite llevar a cabo su aseo de forma correcta y, además, las expone a las miradas de otras personas e, incluso, a posibles intentos de agresión sexual.
Usualmente pensamos que todas las mujeres tienen acceso a un baño privado, por eso es un tema que se ha vuelto insignificante y al que no prestamos atención. En esos contextos en los que falta, se normaliza que la mujer se bañe sin privacidad e, incluso, se critica a quienes piden poder cuidar de su intimidad; se les acusa de tener algo que ocultar, por ejemplo.
El reportaje de Lemus en #CambiaLaHistoria muestra una realidad muchas veces ignorada que afecta a niñas y mujeres en zonas rurales
Por tanto, la falta de acceso a un baño privado es una de las violencias normalizadas o silenciadas. ¿Qué otras violencias así has observado a lo largo de tu carrera?
En general, la violencia de género siempre ha estado bastante invisibilizada, normalizamos ciertas conductas y dejamos de verlas como un problema. A través de nuestro trabajo vale la pena visibilizar la violencia que las mujeres sufren en su casa o en una relación de pareja, pero también las dificultades que rodean al matrimonio igualitario o los derechos de la población trans, por ejemplo. Son violencias que están muy arraigadas en países como El Salvador, mucha gente incluso considera que las poblaciones que las sufren son quienes tienen que adaptarse.
Es importante hacer reflexionar sobre esos cambios tan necesarios, pero desde los medios generales no se suele disponer del tiempo ni del espacio necesarios para enfocarnos en los problemas de una población específica ni para desarrollar una cobertura con enfoque de género, por ejemplo. Eso es lo que sí permite #CambiaLaHistoria. Además, el enfoque de periodismo constructivo del proyecto nos motivó a buscar iniciativas de carácter positivo, que estuvieran tratando de resolver una problemática.
¿Cómo fue tu experiencia al sumergirte en el periodismo constructivo?
En mi caso, tuve la suerte de descubrir la organización Mujeres de Xochitl que, aunque no pueden llevar a cabo todo lo que les gustaría por falta de fondos, están motivadas por la idea de resolver problemáticas específicas. Eso me permitió, desde el periodismo constructivo, contar la historia de quienes crean alternativas y no solo quedarme en la denuncia. El colectivo nació con la intención de escuchar qué problemáticas tienen las mujeres jóvenes que viven en la zona rural y que, además, son de origen indígena. Así surgió la necesidad de hablar de derechos sexuales y productivos, y realizar proyectos sobre esta temática en la zona, entre los que se encuentra posibilitar el acceso al baño privado para las mujeres.
Estos esfuerzos, por pequeños que sean, pueden generar impulso para otras personas u organizaciones que se quieran sumar a resolver estas u otras problemáticas. Y, así, cambiar la historia. Desde el periodismo, estas narrativas permiten poner en evidencia una problemática que, obviamente, afecta sólo a las mujeres y llevarla a espacios donde usualmente no tiene cabida. Es muy transformador mostrar una historia con enfoque de género en un periódico convencional y en sus redes sociales, y que el público tenga acceso a estas narrativas que usualmente no se generan por falta de tiempo y de dedicación.
Entonces, ¿cómo puede la cobertura periodística con enfoque constructivo ayudar a cambiar estas situaciones?
La cobertura periodística tiene el poder de hacer reflexionar sobre violencias que consideramos normales. Presentarlas desde un enfoque humano y desde la voz misma de las mujeres o de las poblaciones vulneradas consigue aportar una perspectiva diferente. A menudo esas problemáticas están invisibilizadas porque no nos detenemos a reflexionar sobre ellas. El periodismo nos permite analizarlas poniéndonos en la situación de las y los protagonistas de las historias, como si fuéramos la persona que se siente expuesta bañándose al aire libre y no se atreve ni a quitarse la ropa. Plantearnos estar en esa situación nos hace reflexionar.
Por eso es tan relevante que iniciativas como #CambiaLaHistoria sigan existiendo en países como El Salvador. El periodismo es cambiante y ahora es el momento de adaptarnos y desarrollar nuevas formas de presentar de manera más eficaz problemáticas que han estado olvidadas. Pero para conseguir esos cambios en el periodismo se debe preparar a los periodistas y buscar la manera de sensibilizar a aquellos que todavía no lo están.
No se trata de convertirnos en activistas, debemos mantener y cumplir las reglas éticas y de calidad del periodismo. Pero mejorar la sensibilización respecto a ciertos temas permite identificar problemáticas donde antes no las veíamos. Se trata de dejar de asumir como cotidianas situaciones que necesitan un cambio y saber contar esa historia.
#CambiaLaHistoria es un proyecto periodístico multimedia cuyo objetivo es visibilizar la violencia estructural contra las mujeres y la comunidad LGBTQI+ desde un enfoque de periodismo constructivo. La primera edición recopiló el trabajo de periodistas de nueve medios locales en México, El Salvador y Guatemala. En la segunda edición, realizada junto al medio digital salvadoreño Alharaca, participaron periodistas de El Salvador, Honduras y República Dominicana.
#CambiaLaHistoria es un proyecto creado por DW Akademie, promovido por el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores.