La AMI tuvo un rol protagonista en la Cumbre Global sobre Desinformación. Una mirada lúdica fomenta las competencias mediáticas de la población joven y mejora su resiliencia frente a los desafíos informativos.
En constante transformación, el fenómeno de la desinformación adopta formas cada vez más sofisticadas con el soporte de herramientas como Internet, las redes sociales y la inteligencia artificial generativa. Estos avances plantean un claro desafío para el consumo y la transmisión de la información.
En este contexto, la cuarta edición de la Cumbre Global sobre Desinformación, organizada por Proyecto Desconfío, la Fundación para el Periodismo y la Sociedad Interamericana de Prensa, ofreció un espacio de encuentro y diálogo con el objetivo de formular respuestas y alianzas entre profesionales de ámbitos como el periodismo y la investigación.
El segmento dedicado a la Alfabetización Mediática e Informacional (AMI), coordinado y moderado por DW Akademie, presentó cinco propuestas principalmente lúdicas que, desde un enfoque innovador, buscan promover las competencias AMI en la juventud, planteando a sus participantes la toma de decisión sobre la información y los mensajes mediáticos que consumen y reproducen.
Principios para un consumo crítico
A la par que aumenta el desorden informativo, también se refuerzan las herramientas para garantizar que prevalezca la información veraz. La AMI sigue ganando protagonismo a través de diversos proyectos e iniciativas mundiales, como señaló Sally Reynolds, directora de operaciones de la Media & Learning Association y directora del Observatorio Europeo de Medios Digitales (EDMO).
Entre los principios que sustentan las iniciativas AMI de calidad se encuentran, por ejemplo, el fomento del análisis crítico sobre el engranaje de los medios de comunicación en todas sus manifestaciones, desde las redes sociales hasta los medios tradicionales, y la premisa de que el abordaje debe ser integrador y accesible y tener como objetivo el cambio estructural.
"No vamos a lograr combatir la desinformación solo con fact-checking o análisis de políticas, sino cambiando las actitudes y prácticas de la población", apuntó Reynolds. es esencial elaborar directrices que fomenten la resiliencia pública frente a la desinformación. "El mejor fact-checking que podemos hacer está en nuestra cabeza".
Juegos contra la desinformación
Los métodos lúdicos son una de las apuestas clave de DW Akademie para promover la AMI. Junto con sus socios locales, desarrolla juegos adaptados a las necesidades y realidades específicas de la población local.
En Bolivia, Muy Waso ha desarrollado Bomba Viral, un juego de mesa que plantea un recorrido colectivo de ejercicios prácticos para vencer el virus de la desinformación. "Bomba Viral genera espacios de diálogo y trabajo colaborativo", señala Jhoselin Granados, gerenta de proyectos de Muy Waso. "No podemos enfrentar al monstruo de la desinformación de manera individual, necesitamos actuar como un equipo para contrarrestar su rápido avance".
En El Salvador, el equipo de Alfabeta Media Lab, el laboratorio de innovación mediática de la UCA, la Escuela Mónica Herrera y DW Akademie, transmite competencias mediáticas a jóvenes de zonas rurales a través de los juegos AMI Trip y el rompecabezas de ciberseguridad. "Estas metodologías de educación popular les permiten cuestionar las prácticas mediáticas a través de la diversión", afirma Karla Ramos, asesora pedagógica de Alfabeta Media Lab.
En este espacio se presentaron además juegos que DW Akademie está desarrollando en otras regiones del mundo. Yulia Alekseeva, experta en AMI del equipo de Ucrania, presentó un juego inspirado en Dragones y Mazmorras como parte de los esfuerzos del equipo regional para fomentar la AMI en contextos de crisis y como herramienta para el abordaje de traumas colectivos con jóvenes.
La senda del aprendizaje
Asimismo, la sinergia entre DW Akademie y Proyecto Desconfío, a través de formaciones como AMI en Síntesis, resultaron en un juego de mesa con elementos interactivos, Detectives contra la desinformación. Es otro ejemplo de la senda a seguir: la búsqueda continua de fórmulas que fomenten el pensamiento crítico de la audiencia, fortalezcan sus habilidades mediáticas y mejoren su participación ciudadana.
Investigar las dinámicas de la desinformación y reforzar los esfuerzos en alfabetización mediática son pasos clave para afrontar los actuales desórdenes informativos. "Es importante trabajar en conjunto en proyectos regionales para afrontar este problema global, recuperando aprendizajes de otras iniciativas y compartiendo hallazgos para potenciar las experiencias de éxito", apunta Soledad Arréguez, coordinadora del área de educación de Proyecto Desconfío.
Dado que la desinformación es multicausal, combatirla también debe serlo, añade Arréguez. Y qué mejor forma de hacerlo que reuniendo, un año más, a las voces mejor preparadas para ello de América Latina en la Cumbre Global sobre Desinformación.