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Veganismo en Argentina, el paraíso de los bifes

Tobias Käufer
17 de mayo de 2022

En Argentina, el país con “la mejor carne del mundo”, el veganismo gana cada vez más terreno. Protectores de animales y del clima presionan a la industria de la carne, y esta intenta salvar su reputación y su negocio.

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Pablo Andrés Bobadilla Echenique produce alimentos sostenibles en Pilar, Buenos Aires.
Pablo Andrés Bobadilla Echenique produce alimentos sostenibles en Pilar, Buenos Aires.Imagen: Privat

"El veganismo es justicia", "El veganismo es igualdad”, se lee en los afiches que se ven cada vez más a menudo en las calles de Buenos Aires. "Salva al planeta: no comas peces”, reza otro cartel. Todos ellos están ubicados estratégicamente, en las cercanías de escuelas o accesos a universidades de la capital argentina.

Son la prueba de que el movimiento vegano, que lucha por la protección del clima y los animales, también llegó al país cuya carne vacuna es apreciada en todo el mundo por su calidad. Y llegó para quedarse. Algo que plantea nuevos desafíos a la industria ganadera, ya que los argentinos y argentinas más jóvenes cuestionan cada vez más el cómo y el porqué de la producción cárnica en el país.

Una producción ecológica en crecimiento

A eso se suma el número creciente de pequeñas empresas que apuestan a la producción sostenible y ecológica de alimentos. Como, por ejemplo, la de Pablo Andrés Bobadilla Echenique, de 37 años, nacido en la provincia de Chubut: "Soy el primer vegetariano de cuatro generaciones en mi familia”, explica en entrevista con DW.

Se dedica a cultivar un terreno en Pilar, una localidad en las afueras de la capital, sin utilizar fertilizantes químicos ni pesticidas, aclara. Tiene un caballo, pero no lo monta. Debido a sus raíces, se identifica con la forma de vida y de producción de los pueblos indígenas.

Bobadilla critica la imagen que se han forjado las grandes empresas productoras de carne en Argentina: "Las compañías que poseen latifundios no tienen nada que ver con la idea romántica del gaucho que toca la guitarra y recita de memoria el Martín Fierro”, explica. De hecho, esas grandes corporaciones son responsables de la sobreexplotación y la destrucción del campo a través del uso de agroquímicos en su producción industrial de cultivos. Y esos pesticidas y fertilizantes, a menudo son suministrados por corporaciones internacionales, dice Bobadilla.

Del otro lado de la tranquera está la cultura argentina del asado, un evento en torno al cual se reúnen durante horas la familia y los amigos, donde se asa carne en la parrilla y se come juntos. "Es el ritual de los rituales de la mayoría de los argentinos”, dice a DW Adrian Bifaretti, del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna de Argentina (IPCVA).

Afiches de propaganda del movimiento vegano en Buenos Aires.
Afiches de propaganda del movimiento vegano en Buenos Aires.Imagen: Tobias Käufer

Con "agua verde” y sin anabólicos

Desde hace tiempo, los productores de carne notan que se está produciendo un lento cambio en las costumbres de los consumidores e intentan responder al creciente movimiento vegano. "La mayor parte de la cría bovina se realiza en pastizales naturales y praderas al aire libre. Eso significa que la ganadería como sistema tiene insumos muy bajos de recursos como fertilizantes y agroquímicos. El uso de esteroides anabólicos está prohibido en el país”, dice Bifaretti.

La mayor parte del agua que se utiliza es, según los estudios realizados, "agua verde”, es decir, la que proviene del agua de lluvia y se recicla de manera natural en el ciclo hidrológico.

"Qué asco la carne", se lee en un grafiti en un contenedor de basura en Buenos Aires.
"Qué asco la carne", se lee en un grafiti en un contenedor de basura en Buenos Aires.Imagen: Tobias Käufer

Tradición vs. veganismo: lucha en la Rural

Todos aguardan ahora con grandes expectativas la inauguración de la Exposición Rural Argentina, la mayor feria agrícola-ganadera argentina, el 21 de julio de 2022. Durante la última feria rural, antes de la pandemia, algunos activistas veganos lograron atraer la atención: el 28 de julio de 2019, invadieron la pista, irrumpiendo en una doma de caballos, y así fueron protagonistas en notas en los periódicos y en televisión. Ese día, el movimiento vegano se dio a conocer por primera vez al gran público. Al incidente le siguieron debates televisivos y recriminaciones de ambos sectores. La pandemia, que golpeó con particular dureza a Argentina, puso fin a ese debate en la sociedad.

También las personas jóvenes comen carne en Argentina: toda una tradición en el país de los bifes y el asado.
También las personas jóvenes comen carne en Argentina: toda una tradición en el país de los bifes y el asado.Imagen: Tobias Käufer

Pero con el fin de la pandemia, el tema vuelve a estar en la agenda. El veganismo relaciona las cuestiones de la protección climática y animal con el debate sobre la posesión de tierras y la justicia social. Por eso, sus demandas van más allá de cuestionar el consumo de carne, y abarcan temas como la devolución de tierras a los pueblos indígenas, así como el acceso a las mismas para los pequeños agricultores. Es decir, se trata de un cambio en el sistema.

(cp/ms)