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Un crimen global: los niños robados

Marcel Fürstenau
23 de noviembre de 2023

Ya sea en la Alemania nazi, la RDA, Argentina o Rusia, en dictaduras y en regímenes autoritarios, los niños siempre son los más débiles de la sociedad. Una exposición en Berlín muestra el destino de menores robados.

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Leonardo Fossati Ortega en Berlín.
Leonardo Fossati Ortega nació durante la dictadura militar en Argentina y fue entregado a una pareja sin hijos.Imagen: Bundesstiftung Aufarbeitung

Leonardo Fossati Ortega viajó expresamente a Berlín desde Argentina para contar la historia de un niño robado en el Bundestag. Su destino es uno de los muchos que se pueden ver en la exposición "Niños robados". El concepto procede de la Fundación Federal para el Esclarecimiento de la Dictadura del SED (Partido Socialista Unificado de la ex Alemania Oriental) y de la Fundación Elisabeth Käsemann.

Leonardo nació en 1977, en medio de la dictadura cívico-militar en Argentina. Su madre, Inés, era una adolescente y participaba activamente en una organización juvenil. Su amigo Rubén, padre de Leonardo, estudiaba en la universidad. Ambos fueron blanco de la junta militar, y hasta el día de hoy están desaparecidos. Probablemente fueron asesinados, como tantas personas desde 1976 hasta el fin de la dictadura, en 1983.

Dudas sobre la propia identidad

"Siempre tuve dudas sobre mi identidad, porque mis padres, en comparación con los de mis amigos, parecían más mis abuelos. Tampoco encontré similitudes en la fisonomía", dice Leonardo a DW. Recién cuando ya tenía 20 años, se atrevió a preguntarles a sus supuestos padres, "y entonces me dijeron la verdad", explica.

Según ellos, una partera del barrio les había dicho que era un niño abandonado de una joven de la ciudad de La Plata que no quería quedarse con el bebé. Leonardo intentó encontrar a la mujer sin éxito.

Una amiga de una escuela de arte dramático de Buenos Aires le dio un consejo crucial: que se pusiera en contacto con las Abuelas de Plaza de Mayo.

Niños secuestrados y nacidos en prisión

Este grupo de mujeres valientes fue fundado durante la dictadura militar y exigía información sobre el paradero de sus hijos y nietos, secuestrados o nacidos en prisión. Tras el fin de la dictadura, las Abuelas de Plaza de Mayo fueron iniciadoras de la creación de una base genética de datos, a partir de muestras de sangre.

Así fue que Leonardo pudo resolver el misterio de su verdadera identidad: "Mi familia biológica, cuya sangre estaba en la base de datos, me buscaba desde hacía casi 28 años". Ya adulto, Leonardo conoció a sus abuelos. En la exposición de Berlín hay una fotografía de su padre biológico; de su madre, ni siquiera eso.

Pare él es un alivio conocer la verdad. "Por primera vez reconozco el parecido con otras personas, mi familia”. Alrededor de 130 de los aproximadamente 500 niños robados durante la dictadura militar en Argentina lograron recuperar su identidad. El destino de los demás es aún incierto, y probablemente seguirá siéndolo

Leonardo, de 46 años, no quiere perder la esperanza: "Para nosotros es muy importante continuar buscando, crear nuevas amistades y puentes”.

Lugar de nacimiento: campo soviético de Bautzen

Alexander Latotzky tiene 75 años y fue un niño robado de Alemania. En la exposición, su historia es representativa para muchos casos después del final de la Segunda Guerra Mundial en la zona de ocupación soviética, lo que fue posteriormente la República Democrática Alemana (RDA).

Alexander nació en el campo soviético de Bautzen, donde su madre fue encarcelada y condenada a 15 años de prisión y a trabajos forzados por presunto espionaje. El niño pasó los dos primeros años de su vida en tres campos diferentes y luego fue enviado a hogares infantiles.

El padre, deportado a Alemania por los nazis

En 1956 pudo regresar con su madre, que había sido liberada antes de tiempo por una grave enfermedad. Ella murió a la edad de 41 años por las duras condiciones del encarcelamiento. Nunca volvió a ver al padre de su hijo, quién procedía de Ucrania y fue deportado por los nazis a Alemania para realizar trabajos forzados en 1943, en plena Segunda Guerra Mundial.

"La exposición es increíblemente importante para mí, porque llevo décadas intentando dar a conocer el destino de los niños y los presos políticos", dijo Alexander Latotzky a DW. Poco después de la caída del Muro de Berlín en 1989, la gente empezó a interesarse por este tema tabú, pero eso cambió rápidamente. "Tengo la sensación de que la gente ya no cree que sea tan importante", lamentó.

Alexander Latotzky.
Alexander Latotzky nació en el campo soviético de Bautzen en 1948 y tuvo que vivir algunos años en hogares infantiles.Imagen: Bundesstiftung Aufarbeitung

Régimen de la RDA amenazó con adopción forzada

Alexander Latotzky sabe, por su amarga experiencia, que los niños son siempre los más débiles de la sociedad. Durante la dictadura comunista de la RDA, las mujeres eran a menudo amenazadas con que se iba a dar sus hijos en adopción si no estaban dispuestas a cooperar, es decir, a involucrarse con la policía secreta.

Según Evelyn Zupke, representante de las víctimas de la dictadura del SED, "para mí es siempre conmovedor hablar con las víctimas sobre lo que les pasó”. "Romper el silencio es un gran desafío para las víctimas. Es un gran beneficio para nuestra sociedad", agregó.

"La separación violenta de padres e hijos no es un capítulo del pasado”, dice un panel de la exposición. "Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022, miles de niños han sido secuestrados desde el este de Ucrania y trasladados forzadamente Rusia. Las autoridades chinas están deportando a niños uigures a campos de reeducación, y organizaciones terroristas como Boko Haram están secuestrando específicamente a niñas en Nigeria", se puede leer en la exposición.

La exposición "Niños robados” se puede ver en el ayuntamiento de Berlín hasta finales de noviembre.

(rmr/cp)