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UE-Colombia: "oportunidad de empezar las transformaciones”

Mirra Banchón
29 de junio de 2023

La situación de los derechos humanos en Colombia se agravó en los últimos cinco años, afirma un informe para la ONU. Activistas tocan las puertas de la UE pidiendo renovado apoyo para las transformaciones requeridas.

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 Óscar Ramírez, presidente del Comité de Solidaridad con los Presos Políticos
Óscar Ramírez, presidente del Comité de Solidaridad con los Presos PolíticosImagen: OIDHACO

"En Colombia tenemos una crisis humanitaria en los territorios. Solamente en lo que va de 2023 registramos 68 homicidios de defensores de derechos humanos y 14 homicidios de firmantes del Acuerdo de Paz”, cuenta a DW Óscar Ramírez, presidente del Comité de Solidaridad con los presos políticos (CSPP).

"También hay cerca de 106 personas privadas de libertad en contexto de protesta y múltiples víctimas que no han sido reparadas ni han recibido justicia”, agrega Ramírez. De gira por Europa junto con una representante del Movimiento de Crímenes de Estado (Movice), Ramírez expone la continuidad en la violación de derechos humanos en Colombia. 

Sesenta y siete organizaciones internacionales de derechos humanos, representadas por la plataforma europea OIDHACO, acaban de publicar un informe sobre la situación en el país en el período 2018-2023, con vistas al próximo examen periódico universal que le tocará a Colombia en la ONU en Ginebra en noviembre de este año.

En el período que analiza el informe, se registran 303.881 nuevas víctimas de desplazamiento forzado, un aumento de víctimas de minas antipersonales de 39 en 2017 a 131 entre marzo de 2022 y febrero de 2023.  En el informe que se envía a Ginebra, se detectan también violaciones relacionadas con empresas y territorios, violencia de género en contexto del conflicto y ejecuciones extrajudiciales.

También vulneraciones al derecho a la protesta social pacífica. Durante las protestas sociales entre 2019 y 2021, el uso excesivo de la fuerza dejó un saldo de 133 homicidios, 5.379 detenciones arbitrarias y 2.607 heridos. "El panorama de la vulneración de derechos, del que la comunidad internacional advirtió hace siete años, ha seguido agravándose”, apunta Ramírez.

Momento importante

Cabe recordar que desde Bruselas se ha apoyado desde 2012, cuando iniciaron los diálogos, la búsqueda de la paz en Colombia. En 2016 se lanzó un Fondo Fiduciario (unos 600 millones de euros) enfocado en desarrollo rural y apoyo a las instituciones de la justicia transicional. Pero el apoyo del Fondo Fiduciario llega a su fin. Y subsisten los obstáculos para lograr las transformaciones que requiere el país. "Para lograrlo, necesitamos apoyo internacional”, añade Ramírez, integrante también de Comisión Colombiana contra la Tortura.

Aunque ese primer tramo de apoyo económico y financiero de la UE al proceso de paz de Colombia llega a su fin, en marzo de este año, Josep Borrell, el Alto Representante de Política Exterior de la UE,  aseguró el apoyo europeo al plan de "Paz Total” del actual presidente colombiano Gustavo Petro.

En ese momento anunció un apoyo adicional a la Justicia Especial para la Paz (2 millones de euros) y para el combate a la violencia de género (3,8 millones de euros). Para la lucha contra la deforestación (10 millones de euros) y la integración de la población migrante (10 millones de euros) también se destinan nuevos fondos europeos. No obstante, para la "Paz total”, el mecanismo de apoyo concreto aún está en cocción.

"Necesitamos apoyo para lograr la paz con los múltiples grupos armados y también para transformar las estructuras de represión en Colombia. Tenemos que reformar la Policía y las fuerzas militares”, cuenta Ramírez añadiendo que, al parecer, esto último sí estaría incluido en el futuro fondo de la UE. "Y es imprescindible superar la impunidad, también en las graves violaciones al derecho a la protesta”, agrega.

Así las cosas, los activistas del MOVICE y del CSPP consideran muy oportuno echar luz sobre la situación en Colombia a pocos días de la cumbre entre la UE y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. "Se debe crear un nuevo relato de lo que significa cooperación. Por ejemplo, en lo que tiene que ver con la lucha mundial contra el narcotráfico -que es la gasolina que enciende el conflicto armado colombiano- debemos cambiar del enfoque criminalizante y militar a uno de regularización del comercio, uso y distribución”, asegura Ramírez.

El momento entre la ONU, la UE -que en septiembre auspiciará un segundo diálogo sobre narcotráfico- y Colombia es oportuno. "Tenemos la oportunidad de empezar el camino hacia las transformaciones”, concluye.