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Tiempos difíciles para la generosidad alemana

Cathrin Schaer
20 de enero de 2024

Alemania ha sido uno de los países que más gasta en todo el mundo, desde asistencia social hasta ayuda exterior. Pero la renta nacional cayó y el gobierno se enfrenta a un déficit presupuestario.

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Olaf Scholz junto a los ministros de finanzas, Christian Lindner y el ministro de economía y clima, Robert Habek,.
El canciller alemán Olaf Scholz está enfrentando una difícil situación económica en su país.Imagen: Ben Kriemann/Pic One/picture alliance

Los alemanes son los europeos que mejor propinas dejan, según una encuesta de YouGov del verano pasado. De hecho, aunque el servicio en el restaurante o el bar haya sido terrible, casi una quinta parte de los alemanes afirma que deja algo de dinero extra.

El gobierno alemán tiene una reputación similar en cuanto a generosidad. Cuando se trata de que el Estado financie cosas como la asistencia social, la salud, las artes y ayuda exterior, Alemania suele figurar entre los primeros de la lista. A menudo se dice que el país tiene uno de los sistemas de bienestar social más generosos y completos del mundo. Suele gastar entre 25 % y 30 % del producto interno bruto (PIB) en pensiones, asistencia de salud, subsidios de desempleo y otras prestaciones. Esto sitúa al país a la cabeza de Europa.

Alemania es también el segundo mayor donante mundial de lo que se conoce como ayuda oficial al desarrollo, o AOD, la ayuda gubernamental para el desarrollo y el bienestar en los países en desarrollo. En 2022, destinó a este fin 32.000 millones de euros (unos 35.000 millones de dólares), lo que lo convierte en el segundo país del mundo en términos de financiamiento y el cuarto donante de AOD en porcentaje de la renta nacional.

Crecientes problemas económicos

Sin embargo, todo esto puede estar cambiando. Una de las razones por las que Alemania ha podido gastar tan libremente es la fortaleza de su economía, impulsada por las exportaciones. Pero en el último año, Alemania ha experimentado un crecimiento lento. La economía alemana se contrajo 0,3 % en 2023 y fue la única europea que no creció el año pasado. No se espera que este año sea mucho mejor.

Recientemente, la influyente publicación británica The Economist volvió a describir al país como "el enfermo de Europa". Entre otros problemas, los analistas afirman que Alemania adolece de demasiada burocracia, falta de inversión estatal en innovación e infraestructura y elevados precios de la energía. Y la jubilación de unos 2 millones de baby boomers en los próximos cinco años plantea interrogantes sobre quién pagará la creciente factura de las pensiones alemanas.

Otra cuestión que algunos señalan como cada vez más problemática es el "freno a la deuda" de Alemania. La Constitución alemana establece que el Estado no puede pedir prestado más de 0,35 % de la renta nacional anual. Las opiniones sobre si esto es bueno o no para el país están divididas.

Algunos, incluidos miembros del Partido Socialdemócrata (SPD) y de Los Verdes, que actualmente gobiernan el país en una coalición de centro-izquierda, quieren reformarla o abolirla. Argumentan que impide a Alemania realizar las inversiones necesarias en infraestructura y protección del medio ambiente. Otros, entre ellos el tercer socio de coalición del gobierno, los demócratas libres (FDP), y los partidos conservadores de la oposición, creen que el mandato constitucional debe seguir igual para que los políticos sigan siendo fiscalmente responsables y la deuda pública siga siendo manejable.

El pasado noviembre, una decisión del Tribunal Constitucional obligó al gobierno alemán a renegociar su presupuesto y le dejó con un déficit presupuestario de 30.000 millones de euros (32.600 millones de dólares) para 2024.

Variados billetes de euro.
Alemania tiene un défit de 30 mil milloes de euros para este 2024.Imagen: K. Schmitt/Fotostand/picture alliance

Los alemanes se vuelven tacaños

La idea de la ayuda internacional ha ido cayendo en desgracia entre el público alemán, según un documento de trabajo de 2023 del Instituto de Desarrollo de Ultramar. En 2018, una encuesta mostró que 93 % de los locales pensaba que era importante "ayudar a la gente en los países en desarrollo".

Sin embargo, una encuesta de noviembre de 2023 en la que se preguntaba a los alemanes de dónde creían que debían proceder los recortes presupuestarios necesarios para 2024, reveló que algo más de la mitad creía que los ahorros debían hacerse en la ayuda al desarrollo. Otro 32 % pensaba que debían provenir de la asistencia social.

El impacto de los recortes

El proyecto de presupuesto para 2024 fue finalmente aprobado esta semana por la comisión parlamentaria competente. Prevé ahorros para todos los ministerios, salvo el de Defensa. Aunque las prestaciones sociales nacionales están a salvo, el ministro de Finanzas, Christian Lindner, anunció una reforma de las prestaciones sociales para los desempleados de larga duración. Los partidos conservadores, la Unión Cristiano Demócrata (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) llevan tiempo presionando para que se reduzcan. Por ahora, la ayuda al desarrollo sufrirá ahora uno de los mayores descensos comparativos, con una reducción de los fondos de casi 2.000 millones de euros respecto a 2023.

Alemania debe seguir siendo uno de los principales contribuyentes a la cooperación al desarrollo y la financiación internacional de la lucha contra el cambio climático, declaró el ministro de Finanzas a Funke Media en diciembre. "Podemos mantenernos en el primer puesto. Pero quizá pueda reducirse la distancia que nos separa del segundo puesto", afirmó.

Según Justyna Szambelan, asesora política de la organización benéfica alemana Welthungerhilfe, el recorte en el financiamiento de la AOD tendrá consecuencias de gran alcance para las personas vulnerables. "Si un actor importante como Alemania pierde prioridad a su compromiso con la Agenda 2030 de la ONU, esta agenda podría parecer menos prioritaria también para otros países", dijo a DW. "Esto podría conducir a una caída general del financiamiento para cuestiones globales en todos los ámbitos, como la seguridad alimentaria, la salud, la educación, el agua y el saneamiento. Podrían surgir dudas sobre el carácter vinculante de los acuerdos en el seno de la ONU, y entonces se erosionaría la confianza en el sistema multilateral", advirtió.

"Si recorta su financiación, desaparece un aspecto importante de la influencia internacional", indicó a DW Sonja Hövelmann, investigadora del Centro de Acción Humanitaria, en referencia a los posibles recortes de la AOD. "Junto con eso, la posición e influencia internacional".

(mn/rr)