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PolíticaFinlandia

Rusohablantes, afectados por cierre de frontera en Finlandia

Natalia Smolentceva
7 de diciembre de 2023

Finlandia cerró su octavo y último paso fronterizo con Rusia debido a la afluencia de inmigrantes. Los residentes de habla rusa en el país ya no pueden visitar a sus familias.

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El paso fronterizo Raja-Jooseppi en Laponia.
Paso fronterizo Raja-Jooseppi en Inari, Laponia, el paso más septentrional de la frontera ruso-finlandesa.Imagen: Otto Ponto/Lehtikuva/AFP

Las autoridades finlandesas ya habían cerrado siete de los ocho pasos fronterizos entre Finlandia y Rusia , el último, el 28 de noviembre. El país justificó esta decisión por el aumento de los migrantes ilegales. El octavo y más septentrional, el de Raja-Jooseppi en Irania, Laponia - a más de 1.000 kilómetros de Helsinki y a 250 kilómetros de Murmansk, en Rusia- fue cerrado el 30 de noviembre.

Familias separadas

El cierre de la frontera es un duro golpe para los residentes de habla rusa en Finlandia, casi 100.000 en un país de cinco millones y medio de habitantes. Muchos solían cruzar la frontera hasta Víborg o San Petersburgo.

A finales de noviembre, Viktoria Ilyina y Yevgueni Koshevnikov querían viajar en coche desde Lappeenranta, sur de Finlandia, hasta San Petersburgo, donde iban a operar a su hijo Serafim, de cinco años, porque "allí tenemos médicos en quienes confiamos y que hablan ruso”, explica Ilyina a DW. La operación tuvo que posponerse debido al cierre de fronteras.

La visita prevista al padre de Koshevnikov, que recientemente sufrió un ictus y padece cáncer, tampoco podrá realizarse. "Me preocupa mucho que la salud de mi padre siga deteriorándose y no pueda estar con él", lamenta.

Polícia de puesto de control con bicicletas de fondo.
El jefe del puesto de control de Raja-Jooseppi, Vesa Arfmann, muestra las bicicletas que utilizaban los solicitantes de asilo para llegar a Finlandia. Ahora posiblemente sean subastadas.Imagen: Maria Pavlova/DW

Hablantes de ruso se manifiestan

Hay muchas historias de este tipo en Lappeenranta. La ciudad está a 25 kilómetros de la frontera rusa, y alrededor del cinco por ciento de la población habla ruso. Tras el cierre de tres puestos de control del sur, los residentes de habla rusa de Lappeenranta se manifestaron frente al ayuntamiento de la ciudad el 19 de noviembre.

Uno de los organizadores fue Ivan Deviatkin. El joven vive desde hace 12 años en Finlandia, donde completó sus estudios universitarios. Habla finlandés con fluidez, y tiene un hijo. Ivan dejó de trabajar y, desde entonces, intenta dialogar con las autoridades finlandesas.

"Fue como un cuchillo en la espalda, una traición por parte del gobierno finlandés, que no nos tuvieran en cuenta, como si nosotros, la minoría de habla rusa en Finlandia, no tuviéramos intereses propios", lamenta Deviatkin. Su familia planeaba celebrar el Año Nuevo juntos en Rusia.

Deviatkin realizó una vigilia de 30 horas solo en una tienda de campaña para llamar la atención sobre el tema. En su cartel, escrito en sueco, el segundo idioma oficial de Finlandia, se leía: "Amo a Finlandia. Pero ¿Finlandia me ama a mí?".

Afluencia de inmigrantes de terceros países

La afluencia de inmigrantes de terceros países, a través del territorio ruso, aumentó desde agosto de este año. Según la Guardia Fronteriza finlandesa, casi 1.000 solicitantes de asilo entraron al país a través de la Federación Rusa durante este tiempo. En años anteriores, llegaron sólo unos pocos.

En Helsinki está convencidos de que las autoridades rusas están dejando entrar a inmigrantes sin visa a la Unión Europea. El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, compara las acciones de Rusia con una guerra híbrida, una venganza por la adhesión de Finlandia a la OTAN.

La ministra finlandesa del Interior, Mari Rantanen, del partido populista de derecha conocido como "Verdaderos Finlandeses", dijo a DW que fue una "decisión difícil" y expresó su esperanza de que la parte rusa se dé cuenta de que "una frontera pacífica es de nuestro interés común".

Críticas a la decisión finlandesa

El cierre de la frontera provocó críticas tanto en Finlandia como en el extranjero. La Defensora del Pueblo finlandesa para la antidiscriminación, Kristina Stenman, teme que se ponga en peligro el acceso al procedimiento de asilo, ahora sólo posible en el aeropuerto de Helsinki y en los puertos del país.

La ministra del Interior, Mari Rantanen, aseguró a DW que el Gobierno es consciente de que su decisión "tiene consecuencias para las personas que cruzan la frontera legalmente". "Estamos muy preocupados por esto, lo lamentamos y esperamos que la situación se normalice lo más rápido posible y podamos reabrir la frontera, pero eso dependerá de las acciones de Rusia", afirmó la ministra.

La emisora finlandesa Yle informó que Finlandia podría reabrir los pasos fronterizos a partir del 14 de diciembre.

(rmr/cp)