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"Noche de los cristales rotos": un eufemismo para el horror

William Noah Glucroft
9 de noviembre de 2023

Los violentos sucesos del 9 de noviembre de 1938 son ampliamente conocidos como la "Noche de los cristales rotos". Pero el nombre está cayendo en desuso por ocultar los crímenes perpetrados por los nazis.

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Una columna de humo sale de la cúpula de la sinagoga Eberswalde, de Berlín, el 9 de noviembre de 1938.
La sinagoga Eberswalde, en Berlín, fue una de las miles de instituciones judías que los nazis atacaron el 9 de noviembre de 1938.Imagen: UIG/IMAGO

Las palabras tienen importancia. Influyen en la forma en que la gente se siente con respecto a cierto tema, en cómo recuerda los acontecimientos y responde a los sucesos que afectan su vida. Durante décadas, los alemanes se han referido a la violencia antisemita que se extendió por todo el país el 9 de noviembre de 1938 como la "Kristallnacht" , en alemán, o "Reichskristallnacht", que hace referencia al Imperio Alemán. La traducción "Noche de los cristales rotos" está muy extendida también en castellano y otros idiomas.

Pero en Alemania, esto ha empezado a cambiar. Los historiadores debaten los orígenes del término "Kristallnacht", que forma parte del léxico de la historia de Alemania, "debido a los fragmentos de cristales rotos que cubrían las calles alemanas", según el Museo Conmemorativo del Holocausto de Estados Unidos (USHMM, por sus siglas en inglés), en Washington DC.

El problema es que esos cristales rotos no son en absoluto la peor consecuencia de una noche de terror perpetrado por el régimen alemán nazi, que muchos historiadores señalan como el comienzo del Holocausto y del asesinato sistemático de millones de judíos y personas de otros grupos de población.

Nombrar a las cosas por su nombre

"El término oculta las atrocidades que se cometieron contra los ciudadanos judíos", escribió en su día Meier Schwarz, superviviente del Holocausto nacido en Alemania y académico israelí, fallecido en 2022, para schoah.org, un archivo en internet sobre el Holocausto.

Cientos de personas murieron, según el USHMM, y 30.000 hombres judíos fueron detenidos y deportados a campos de concentración el 9 de noviembre de 1938. Esa noche, los nazis incendiaron cientos de sinagogas e instituciones judías en Austria y Alemania. Profanaron cementerios judíos y saquearon miles de negocios pertenecientes a personas judías. Después, las autoridades nazis ordenaron a los judíos que pagaran los daños.

Dado el alcance y la gravedad de los hechos, aludir a los "cristales rotos" no transmite el alcance de la brutalidad y el sufrimiento causados a las personas judías en esa fecha. Al utilizar una terminología más directa y explícita, Alemania aspira a garantizar que el registro histórico refleje la naturaleza de los crímenes cometidos por el régimen nazi de Hitler.

Soldados nazis caminando con carteles que llaman a boicotear a los judíos.
La violencia que estalló en la "Kristallnacht", el pogromo contra personas judías, formaba parte de una campaña más amplia para boicotear a los judíos y el comercio judío en Alemania.Imagen: picture alliance/dpa

Para muchos, como Meier Schwarz, un término más apropiado sería "pogromo", palabra de origen ruso, que en ese idioma significa "causar destrucción, devastación". En español, pogromo se usa con el sentido de "matanza, masacre, acompañada de pillaje, realizada por una multitud enfurecida contra una colectividad, especialmente contra los judíos", según el Diccionario Panhispánico de Dudas. Y el Diccionario de la Real Academia Española lo describe como: "Masacre, aceptada o promovida por el poder, de judíos y, por extensión, de otros grupos étnicos". Así, "Pogromnacht" -Noche del Pogromo- se ha vuelto una denominación más adecuada en la narrativa actual sobre el Holocausto en Alemania.

"Kristallnacht", o "Noche de los cristales rotos", sigue siendo de uso común fuera de Alemania, incluso en los medios de comunicación en lengua española, y en las organizaciones judías. El USHMM lo utiliza, pero además define lo ocurrido como un "acto organizado de violencia a escala nacional" y una "oleada de violentos pogromos antijudíos".

La planificación y la coordinación de esos actos de violencia eran "tan especiales bajo el nacionalsocialismo [en Alemania]" que no tienen comparación, declaró Raphael Gross, presidente del Museo Histórico Alemán, a la cadena pública alemana DLF. Sin embargo, su colega historiador Friedemann Bedürftig, cree que hablar de "pogromo" empeora la definición, en lugar de mejorarla.

Encontrar palabras para lo indecible

La forma en que las personas y las sociedades ven y afrontan la historia cambia con el tiempo, al igual que el vocabulario utilizado para hablar de ella. Esto es especialmente cierto en Alemania, cuyo presente se enfrenta constantemente a su pasado. Dado el carácter excepcional de la época nazi y de los crímenes contra la humanidad que de ella se derivaron, puede que a los historiadores, lingüistas y escritores les resulte imposible encontrar las palabras adecuadas para describir la magnitud del horror y la destrucción.

Pero el proceso de intentar hacerlo es, en sí mismo, otra forma en la que Alemania mantiene despierta la memoria y la conciencia pública de su historia. En este sentido, los términos importan menos que el contenido. "Lo más importante", dijo Gross, "es saber de qué se está hablando".

(mn/cp )