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PolíticaFederación Rusa

No a la guerra contra Ucrania: historias de desertores rusos

Natalia Smolentceva
26 de septiembre de 2023

Muchos desertores rusos no tienen pasaporte y están en la lista internacional de personas buscadas. Sin documentos, intentan ganarse la vida en el extranjero. Tres de ellos contaron a DW su experiencia.

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Persona con chaqueta y mochila de espaldas.
Los desertores rusos podrían ir a prisión por no querer luchar en el Ejército ruso contra Ucrania.Imagen: DW

Vasily (nombre ficticio) lleva casi un mes en Alemania. Es uno de los primeros desertores rusos que logró entrar legalmente al país. Se siente seguro en Alemania, pero teme por su familia en casa. Se enfrenta a hasta 15 años de prisión por deserción en Rusia, donde las autoridades lo buscan.

"No lucho contra mi propia gente”

Vasily es artillero. Estudió en la academia militar y se alistó para servir en el Ejército durante varios años. Cuando Rusia atacó a Ucrania, le ordenaron ir al frente.

"Me llamaron y me dijeron: Prepárate, ya nos estamos quedando sin gente", recuerda Vasily. Pero él se negó. "Soy de origen ucraniano", le dijo a su superior y añadió: "Mi padre es ucraniano, no lucho contra mi propia gente".

A pesar de todas las amenazas de sus superiores, Vasily no fue al frente. No fue fácil abandonar el Ejército, incluso antes del 21 de septiembre de 2022, cuando el presidente Vladimir Putin anunció una movilización parcial. Después fue imposible: las penas por salir de un cuartel sin permiso y por deserción se incrementaron a 10 y 15 años de prisión respectivamente.

"Para mí estaba claro que no había salida", dice Vasily. "O vas a la guerra o abrimos un proceso penal contra ti. Entonces te pondrán tras las rejas, te enviarán de todos modos a la guerra'", le dijeron. Por eso, Vasily decidió huir de Rusia.

Persona con celular en la mano.
En Kazajistán, los desertores rusos tienen sus tarjetas SIM y cuentas bancarias a nombre de otras personas.Imagen: N. Smolentzewa/DW

Viktor: "Era simplemente imposible negarse"

Según la organización Go by the Forest, que ayuda a los rusos a evitar ser reclutados para la guerra, más de 500 desertores abandonaron el país tras el anuncio de la movilización. La cifra real probablemente sea mucho más elevada.

La mayoría de los hombres no tienen pasaporte y huyen, sobre todo, a Kazajistán o a Armenia. Uno de ellos es Viktor (nombre ficticio), oficial de comunicaciones. A diferencia de Vasily, participó en las operaciones militares rusas contra Ucrania.

Por videollamada desde Astana, Kazajistán, Viktor explica que también intentó dejar el Ejército, pero en febrero de 2022 su unidad participó en un ejercicio militar y el 24 en la invasión rusa.

"Nos despertaron a las cinco de la mañana, nos pusieron en fila y nos dijeron: '¡Ya empieza!' Pero no dijeron dónde", recuerda Viktor. "En ese momento era simplemente imposible negarme, decir que deponía las armas y no participaría. Si hubiera corrido hacia adelante, los ucranianos me habrían disparado y, hacia atrás, mi propia gente me habría capturado", aclara Víctor.

Él trabajó en el departamento de comunicaciones en el Ejército y estuvo en territorio ucraniano hasta el verano de 2022. "Vi prisioneros de guerra ejecutados y escuché las órdenes correspondientes del comandante de la unidad", dice, pero asegura: "Nunca tuvimos algo parecido a lo que pasó en Bucha". Viktor se enteró por primera vez de las masacres de civiles en Ucrania a finales de abril de 2022, cuando logró acceder a internet. "Después de eso reconsideré muchas cosas”, dice.

Yevgeny: "Estoy dispuesto a ser juzgado"

Yevgeny, oficial de una unidad de fuerzas especiales, también fue enviado a la frontera con Ucrania para un ejercicio en febrero de 2022. Procede de una familia humilde y el Ejército le ofreció al joven un ascenso social.

"Esperábamos y creíamos que no habría guerra”, recuerda el joven. "Pensábamos que Putin era un asesino y un ladrón, pero no un fanático que iniciaría una guerra”, dice Yevgeny.

El 24 de febrero, su unidad cruzó la frontera hacia Ucrania y llegó hasta Brovary, cerca de Kiev. "Todo fue muy triste para nosotros. El 30 de marzo, casi toda una compañía murió", cuenta sobre los combates. "Cuando estábamos cerca de Kiev, no tomamos prisioneros, porque no había manera de llevarlos a Rusia, así que los mataron". La parte ucraniana lo hizo también así, afirma.

Yevgeny asegura que él mismo no estuvo involucrado en los asesinatos. "Estoy dispuesto a ser juzgado. No le tengo miedo, incluso si me sometieran a una prueba de detector de mentiras. Mi conciencia está tranquila. Sí, luché, sí, disparé, pero también me dispararon y yo también quiero vivir", afirma.

Miedo a extradición a Rusia

Después de la fallida ofensiva rusa cerca de Kiev, la unidad de Yevgeny fue trasladada a Donbás. Para escapar de allí se pegó un tiro en la pierna. "Nos herimos cerca de las posiciones ucranianas y dijimos que los ucranianos nos habían disparado. Nos creyeron y nos llevaron a un hospital en Rusia", dijo Yevgeny.

Viktor recibió un permiso especial a mediados de agosto de 2022. De regreso a su cuartel intentó renunciar, pero no pudo hacerlo. Ambos huyeron a Kazajistán. En Rusia se iniciaron procesos penales contra ellos, motivo por el que no pueden conseguir un empleo oficial en Kazajistán. Sus tarjetas SIM y cuentas bancarias están a nombre de otras personas. Temían que Kazajistán pudiera extraditarlos a Rusia.

Solicitud de visas humanitarias para desertores rusos

"Para mí veo tres opciones: Francia, Alemania o Estados Unidos. Porque estos países emiten documentos de viaje temporales. Al fin y al cabo, ninguno de nosotros tiene pasaporte", dice Viktor. Ya se ha puesto en contacto varias veces con las embajadas de estos y otros países occidentales, pero hasta ahora sin éxito.

"En mayo de 2022, el Ministerio del Interior alemán dijo que los desertores del Ejército ruso recibirían protección como refugiados, porque se puede suponer que su deserción se entendería como un acto político contra la guerra y, por lo tanto, la persecución también representa una persecución política", dice Rudi Friedrich, director general de Connection e.V., asociación con sede en Offenbach que apoya a los objetores de conciencia a nivel internacional. Junto con otras ONG, pide al Parlamento Europeo y a los Estados miembros de la UE que protejan a quienes se niegan a luchar por Putin. Por ejemplo, se les deberían expedir visas humanitarias. Sin pasaporte y visado esto es casi imposible para los desertores, subraya Friedrich.

Vasily es uno de los primeros desertores que llegó a Europa desde Kazajistán sin pasaporte. Trabaja en una empresa de internet en Alemania. No fue fácil encontrar una empresa que aceptara a un desertor sin pasaporte, admite. Pero irse de Kazajistán fue mucho más duro.

En alemania, él desarrolla juegos. Está agradecido de que Kazajistán le permitiera salir del país y que Alemania le emitiera un visado. Decidió dar a conocer su historia, aunque pueda suponer un problema para su familia.

"Les digo a todos los desertores, a todos los que están en el frente y piensan que esto es imposible: todo es posible. No tienen que luchar y actuar en contra de sus conciencias. Pueden negarse a participar en estos crímenes", zanja Vasili.

(rmr/ers)