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TerrorismoNigeria

Nigeria: no al pago de rescate por niños secuestrados

Isaac Kaledzi
17 de marzo de 2024

Más de 280 escolares fueron raptados hace unos días en Nigeria. Los delincuentes piden dinero a cambio de no matar a los menores. El presidente se niega a cumplir las demandas.

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Soldados nigerianos patrullan cerca de la escuela de Kuriga donde fueron secuestrados casi 300 niños.
Soldados nigerianos patrullan cerca de la escuela de Kuriga donde fueron secuestrados casi 300 niños.Imagen: Sunday Alamba/AP Photo/picture alliance

El presidente de Nigeria, Bola Tinubu, rechazó rotundamente la idea de pagar por la liberación de más de 280 escolares que fueron secuestrados hace más de una semana. El mandatario precisó que no gastará "ni un solo centavo" para satisfacer las demandas de los secuestradores, luego de que el pago de rescates fuera declarado ilegal en Nigeria en 2022.

Es posible que a las autoridades se les esté acabando el tiempo para asegurar la liberación de los rehenes, secuestrados en su colegio del estado noroccidental de Kaduna, porque las bandas han prometido matarlos si no se cumplen sus exigencias. Básicamente quieren unos 570.000 euros, 11 camionetas Toyota Hilux y 150 motocicletas.

Los secuestros, ocurridos en la ciudad de Kuriga el 7 de marzo, son los primeros de gran magnitud desde 2021. Sin embargo, grupos armados operan en la región desde hace varios años. Conocidos localmente como "bandidos", con frecuencia secuestran a lugareños, especialmente estudiantes, para exigir pagos por sus rescates.

"El presidente ordenó que las agencias de seguridad garanticen que estos niños y todos aquellos que han sido secuestrados sean traídos de vuelta a la seguridad", dijo el 13 de marzo el ministro nigeriano de Información, Mohammed Idris. El gobernador de Kaduna, Uba Sani, agregó que todas las autoridades hacen lo necesario "para asegurar el retorno seguro de los estudiantes".

Islamistas y bandidos tras los secuestros

Los secuestros se han convertido en un problema para el gobierno nigeriano. Solo en los últimos 10 días, cerca de 400 personas han sido capturadas por los grupos de bandidos para pedir rescate. Tras los secuestros, "vemos que hay dos actores: unos son los islamistas y los otros son los grupos de bandidos que fueron catalogados como terroristas por el Gobierno de Nigeria", dice a DW el experto en seguridad Ryan Cummings.

El presidente de Nigeria, Bola Tinubu.
El presidente de Nigeria, Bola Tinubu.Imagen: Temilade Adelaja/REUTERS

Cummings, director de Signal Risk, una agencia de análisis de seguridad enfocada en África, añadió que "hay exigencias políticas que realizan a cambio de liberar a los rehenes, como la liberación de sus propios compañeros detenidos" por las autoridades, aunque los bandidos, que operan principalmente en el noroeste y centro-norte de Nigeria, parecen estar interesados principalmente en el dinero y la protección de sus territorios.

Los bandidos "tienden a realizar demandas financieras, pero también usan a los rehenes en algunos de sus campamentos como una manera de evitar que las fuerzas nigerianas lleven a cabo ataques aéreos, por lo que obviamente usan a los civiles como escudos humanos", apunta.

Todo se ha intentado, nada ha funcionado

Si bien las autoridades siguen resueltas a no abrir negociaciones con los secuestrados, algunos nigerianos piensan que el gobierno debería mantener una ventana abierta para enfrentar la crisis, como pudo apreciar DW tras recorrer las calles de Abuja.

"Todos los días despertamos oyendo una nueva noticia de secuestros, y lo triste es que ahora los vulnerables son los niños, las mujeres y las familias completas", dice una mujer que prefiere no dar su nombre. Una madre que también prefiere el anonimato responde, en tanto, que "hay que hacer algo nuevo, porque todo lo que hemos intentado hasta ahora no ha funcionado". Un hombre, por su parte, dijo a DW que el gobierno debería usar más recursos para enfrentar la crisis.

Cummings concuerda en que las autoridades deben intensificar sus esfuerzos. "El gobierno tendrá que mejorar los recursos disponibles para el personal de seguridad y entrenar apropiadamente a las unidades especializadas que participan en las operaciones contra los secuestros. Pero la realidad es que la mayoría de los agentes carecen de las herramientas, municiones y provisiones de comida", señala.

En su opinión, la corrupción que campea dentro de los servicios de seguridad juega en contra de los esfuerzos para enfrentar la crisis, porque "el Estado no está en condiciones de dar recursos adicionales”.

(dzc/rr)