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La mitad de los afganos sufre enfermedades psíquicas

14 de octubre de 2010

Uno de cada dos afganos, niños y adultos, sufre depresiones y enfermedades psíquicas como consecuencia de dos décadas de guerra y conflictos. Nadie los ayuda, ya que faltan especialistas en este tipo de enfermedades.

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Violencia a la orden del día en las calles de Kabul.Imagen: AP

Los taxistas evitan pasar por cierto barrio de Kabul. ¿Si temen a los terroristas? “No”, es la respuesta, “a los drogadictos”. El problema de la drogadicción era, hasta hace poco, desconocido en la capital afgana. Tampoco la población sabe cómo manejarse ante este drama que se agrava día a día.

Aislados e incomprendidos

Lo mismo sucede con las personas que sufren de traumas o depresión. Según expertos, uno de cada dos afganos sufre de enfermedades psíquicas o físicas, o de adicción a las drogas como consecuencia del estrés postraumático. Un 60 por ciento de la población se ve afectado por estos males. De acuerdo con estas cifras, las depresiones, las neurosis y los traumas son un fenómeno cotidiano que, sin embargo, no se diagnostica como enfermedad por la falta de conocimientos al respecto.

La impotencia de los familiares

La sociedad, así como también los familiares de los enfermos, se sienten avergonzados, no entienden el problema e intentan de ocultarlo, como explica Ahmad Schafiq Behrozian, de Herat, una ciudad en el oeste de Afganistán: “Los afganos no sabemos cómo actuar con las personas que sufren enfermedades psíquicas. Casi siempre los tratamos como a personas locas y peligrosas”, dice, y agrega con tristeza: “A veces los mismos familiares los encadenan o los encierran en un cuarto aislado.”

Flash-Galerie Renovierungen an der Stadtbibliothek Kabul
Obras para renovar la biblioteca de Kabul.Imagen: DW

Experiencias traumáticas

Como motivo de las enfermedades, los médicos suponen que hay un amplio espectro de factores detonantes: la guerra y la experiencia de la violencia, de los cuales surgen bloqueos mentales y emocionales. Pero también la pobreza y la desnutrición pueden contribuir para que el ser humano enferme. En personas sanas, el cuerpo amortigua el estrés psíquico, pero si éste es demasiado fuerte, o si se acumula a causa de un conflicto duradero, como sucede en Afganistán, la psiquis puede colapsar.

Lo trágico es que, la mayoría de las veces, el cambio de comportamiento no es reconocido como una enfermedad, aclara Fatema Jafari, diputado de la provincia de Herat. “Los múltiples casos de problemas psíquicos se reflejan en fenómenos como el de la inmolación, los actos violentos en lugares públicos, la violencia intrafamiliar y conyugal. El número de divorcios aumenta sin cesar. Pero nadie busca los verdaderos motivos, nadie habla sobre el tema. Más del 60 por ciento de la población sufre enfermedades psíquicas”, dice Fatema Jafari.

Carencia de especialistas y medios

El hecho de que ni los médicos puedan diagnosticar enfermedades psíquicas torna la situación más compleja aún. Apenas hay médicos especializados, es decir, psicólogos. Y faltan departamentos especializados en psiquiatría en los hospitales, señala Peter Graaf, de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Afganistán. “Hasta ahora, las posibilidades de tratamiento de enfermedades psíquicas son muy limitadas. Hay, por ejemplo, sólo 200 camas para pacientes psiquiátricos en todo el país”, dice Graaf, “y ningún tipo de tratamiento para niños”, subraya. Y son justamente los niños los que necesitan con más urgencia cuidado médico y psiquiátrico, ya que son el futuro de Afganistán.

Autores: Ute Hempelmann- Haschemi Hoschang/ Cristina Papaleo
Editor: Pablo Kummetz