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CriminalidadAmérica Latina

¿Falta un nuevo enfoque para combatir el narcotráfico?

Diego Zúñiga
19 de febrero de 2024

Delegaciones de Latinoamérica y Europa se reúnen para debatir estrategias contra el crimen organizado. Expertos coinciden en que hay que aprender de los errores y buscar nuevas formas de afrontar el problema.

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Agentes custodian los paquetes con cocaína decomisados en España.
Imagen del decomiso de 11 toneladas de cocaína en Madrid. El origen de la droga estuvo en Sudamérica.Imagen: Paul White/AP/picture alliance

Este martes 20 de febrero comienza en La Paz, Bolivia, la Tercera Reunión Anual del Programa de Cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea (Copolad), que congrega a países de ambos lados del Atlántico con un objetivo común: dialogar sobre el tráfico de drogas desde un punto de vista sanitario, de seguridad y de combate, además de crear condiciones para reforzar la cooperación internacional frente a este flagelo.

La instancia no surge por casualidad. No solo se han incrementado los decomisos de drogas que salen de puertos latinoamericanos con destino a Europa, sino que el poder de fuego y la capacidad corruptora de los carteles de droga y del crimen organizado se ha incrementado fuertemente en los últimos años. Tratar de poner freno a esa proliferación es el objetivo de estos encuentros.

"Lamentablemente, los resultados que se han obtenido en todos estos acuerdos multilaterales son escasos, tenemos un panorama de negociación internacional carente de acuerdos de peso", dice a DW David Saucedo, experto en seguridad y analista político mexicano. En su opinión, los acuerdos binacionales dan mejores resultados, como los de Estados Unidos con Colombia o México. En la cita de dos días en Bolivia, "quizás haya compromisos y algunas negociaciones de intercambio de información policial, pero no creo que pase de eso", prevé.

Criminales que cooperan y un consumo que se expande

Una visión distinta ofrece el experto uruguayo en crimen organizado Gonzalo Croci. Para él, lo importante es focalizar las respuestas según los problemas de cada país, dependiendo de si son productores, de tránsito o consumidores. "Todos se enfrentan a problemas distintos y necesitan un paquete de políticas públicas diferentes. Por ejemplo, los países de tránsito deben tener políticas que se focalicen en sus fronteras y, más importante aún, en sus puertos, pero también deben tener políticas contra la corrupción", señala el Doctor en Ciencias de la Seguridad y el Crimen por la University College London (UCL).

El fentanilo es la nueva droga que brilla en los mercados ilegales.
El fentanilo es la nueva droga que brilla en los mercados ilegales.Imagen: Jae C. Hong/AP/picture alliance

Para él, que no participe en este encuentro Estados Unidos, principal mercado de consumo, no debería ser tan problemático, porque está Europa, "que es el segundo mercado y con mayor crecimiento". Además, explica, "existen alianzas cada vez más fuertes entre grupos criminales europeos y latinoamericanos". Se trata de entidades que "buscan optimizar sus recursos, comparten información, servicios, rutas de tráfico, capacidades de distribución y de blanqueo de capitales. Es decir, están cooperando y no compitiendo".

Saucedo, en tanto, destaca que el de las drogas es "un fenómeno de mercado". "Algunos países pasaron de ser productores a tener un mercado local. La expansión del consumo ha incrementado los márgenes de ganancia de los grupos criminales". El especialista añade que los estudios demuestran, además, que cada vez el inicio en el consumo es más temprano -a los 10 años en algunos países- y el abaratamiento de costos en la producción ha permitido que sectores bajos y medio-bajos se sumen al negocio como compradores. O sea, la tormenta perfecta.

Cambio de enfoque, contra los mercados ilegales

Para Saucedo, el enfoque punitivo y prohibicionista ha demostrado ser ineficiente a la hora de combatir a los grupos criminales: "Lo único que ha hecho el combate es frenar de manera marginal el comercio. Sí, en casi todos los países hay sistemas penitenciarios donde purgan sentencias los líderes de alto perfil de los carteles, se han iniciado procesos, se han desmantelado grandes grupos, pero como el mercado sigue creciendo, estos logros son menores". Para él, habría que empezar a pensar en liberalizar el consumo de drogas blandas y cambiar el enfoque, dando mayor relevancia a los aspectos sanitarios del problema.

"No podemos repetir los errores de antes, hay que intentar estrategias nuevas, políticas nuevas", coincide Croci. "Ahora existen muchas más herramientas que antes. Y no hay que hablar de ‘narcotráfico' o siquiera de 'drogas'… Hay que hablar de mercados ilegales, porque el crimen organizado no solo se nutre del mercado de la cocaína. Después de entender cada mercado ilegal y las capacidades institucionales de cada país, se pueden diseñar políticas públicas eficaces y específicas a cada contexto", sostiene. 

El investigador uruguayo agrega que la criminalidad no siempre es violenta. "La violencia surge en circunstancias específicas, por ejemplo, por cambios en los equilibrios del mercado. Es decir, un país puede tener niveles muy altos de actividad criminal y niveles muy bajos de homicidios". El problema, apunta Saucedo, es que el poder erosionador que tienen estas mafias es demasiado grande. "Son los grupos del narcotráfico los que se infiltran en los sistemas penitenciarios, los que asesinan a jueces para evitar sentencias y desatan estrategias de narcoterrorismo para no ser extraditados a Estados Unidos", cuando lo lógico, apunta, sería que fuera el Estado quien mordiera más fuerte.

(rml)