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Voluntario en Ucrania: "Tenía que defender mi patria"

Konstantin Goncharov
24 de febrero de 2023

Tras la invasión rusa, muchos ucranianos marcharon voluntariamente al frente para luchar por su país. Konstantin Goncharov trabajaba antes como periodista para DW en Kiev. Ahora es soldado. Esta es su historia.

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Konstantin Goncharov, a fines de diciembre de 2022, en Bajmut.
Konstantin Goncharov, a fines de diciembre de 2022, en Bajmut.Imagen: Kostiantyn Honcharov

Konstantin Goncharov trabajó hasta 2022 como periodista en DW. Tras el inicio de la agresión rusa, como muchos otros ucranianos, dejó su trabajo y se presentó como voluntario en el Ejército de Ucrania. Hasta que fue enrolado efectivamente, siguió ejerciendo como reportero en la zona de guerra, pero desde su reclutamiento ya no trabaja para DW. Este es su reporte subjetivo y personal tras un año de guerra en su país.

Cuando comenzó la invasión rusa, me encontraba con mi familia en Alemania, a donde había viajado hacía poco. El 24 de febrero de 2022, a las 4 de la mañana, hora de Kiev, comenzó la guerra de Rusia contra Ucrania, y comenzaba también mi turno en la redacción de noticias.

Desde el momento en que Vladímir Putin dio a conocer su "operación militar especial”, escribí en línea sobre los primeros misiles que cayeron sobre mi ciudad de origen, Kiev, y sobre las interminables columnas de tanques rusos que cruzaban la frontera ucraniana.

Los agresores rusos bombardearon el jardín infantil y la escuela a la que habían ido mis hijos. Cayeron misiles cerca de la casa donde viven mis padres y donde yo mismo pasé gran parte de mi vida. Aunque nunca había tenido nada que ver con el Ejército y hablo ruso, no me quedó más opción que regresar a Ucrania y defender mi patria. Nunca me habría perdonado si me hubiera quedado en el exterior.

Camino a casa

Mi viaje de Alemania a Kiev duró 36 horas. En la frontera polaco-ucraniana, miles de personas y cientos de autos hacían fila para salir de Ucrania. Para cruzar la frontera en dirección a Ucrania necesité solo un par de minutos.

Me preocupaba mucho que no pudiera llegar a tiempo a Kiev, porque las tropas rusas ya se aproximaban a la ciudad y, a todas luces, tenían la intención de conquistarla o al menos sitiarla. Los conductores de autos se negaban a viajar hacia allá, o cobraban sumas astronómicas.

Compré pasajes a Kiev para tres trenes distintos, pero todos se cancelaron. Solo pude llegar a mi ciudad con un tren que evacuaba refugiados y regresaba casi vacío a buscar más gente. Mi pasaporte, en el que figura mi dirección de Kiev, se convirtió en mi pasaje. Llegué a una ciudad con las calles casi desiertas. Nunca la había visto así. Tampoco había visto nunca filas tan largas ante las comisarías militares donde en los primeros días se presentaban cientos de personas para enrolarse.

Periodismo de guerra

Solo tres meses después de comenzada la invasión, pude entrar en el Ejército. Hasta entonces seguí trabajando como periodista. Fui uno de los primeros reporteros que visitaron Bucha, Borodianka y otras localidades de la región de Kiev que habían sido liberadas de la ocupación rusa. Hablé con lugareños que habían vivido ese infierno y habían visto con sus propios ojos lo que el así llamado "mundo ruso” había hecho con esas ciudades ucranianas otrora apacibles y florecientes.

Con ese "mundo ruso” me topé directamente, en mi nuevo papel de soldado, en verano y otoño, en la zona de Jersón. Tras duros combates que libró nuestra unidad, me conté entre los primeros soldados ucranianos que vieron los ciudadanos de Ucrania tras la ocupación rusa a unos 20 kilómetros de Jersón. Recuerdo muy bien cómo los abuelos y abuelas bailaban cuando la bandera ucraniana volvió a izarse en edificios administrativos, y las lágrimas de alegría de los habitantes de localidades liberadas.

Posteriormente nuestra unidad fue enviada a Bajmut y luego a Soledar. Recuerdo muy bien cómo estas ciudades fueron destruidas por la artillería y los tanques rusos. Fui herido cerca de Soledar y llevado al hospital.

Goncharov en las inmediaciones de Soledar, en enero de 2023.
Goncharov en las inmediaciones de Soledar, en enero de 2023.Imagen: Kostiantyn Honcharov

Pero el Ejército ruso sigue destruyendo sistemáticamente y dejando en ruinas todo lo que puede alcanzar con sus armas. Del otro lado, los defensores de Ucrania trabajan por reducir el número de esas armas y de los bárbaros que las emplean. Continuamos la lucha por nuestros derechos, por la libertad y la vida. "Nosotros” quiere decir contadores, juristas, artistas, psicólogos, banqueros, profesionales del póquer y funcionarios del Ministerio de Deporte y Juventud: son todas personas reales de mi batallón, que se presentaron como voluntarios para la guerra.

Desgraciadamente esta guerra dista de haber terminado y es probable que queden por delante batallas decisivas. La lucha continuará hasta que todos los territorios ucranianos estén liberados de la ocupación rusa.

(ers/ms)