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Cuando un imán y un rabino van a la escuela

Christoph Strack
8 de noviembre de 2023

El terror de Hamás, la dura respuesta de Israel, el estado de ánimo entre los musulmanes: las escuelas en Alemania se enfrentan a retos muy complejos.

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Elias Dray (izquierda) y Ender Cetin.
Rabino e imán unidos: Elias Dray (izquierda) y Ender Cetin.Imagen: meet2respect

Ender Cetin y Elias Dray llevan casi siete años visitando escuelas en Berlín. Uno es imán musulmán, el otro rabino judío. Ambos lo hacen en tándem y con regularidad, siempre juntos. Forman parte del programa "meet2respect".

Pero desde el brutal ataque del grupo terrorista Hamás contra civiles israelíes hace un mes y la acción militar de Israel en la Franja de Gaza, todo ha cambiado. "Ahora nos invitan repetidamente casi como se se llamara a los bomberos", dice Cetin en entrevista con DW.

Dray da las cifras: básicamente, cada diez minutos llama alguien para preguntar por la posibilidad de que los dos vayan a una escuela. Esta semana, los dos visitan todos los días escuelas de Berlín. Y el miércoles, incluso visitaron a toda prisa al presidente federal Frank-Walter Steinmeier para una mesa redonda sobre el tema "Guerra enel Cercano Oriente: ¡Por una coexistencia pacífica en Alemania!"

Tándems en la escuela

El proyecto fue fundado en 2013 por la organización sin ánimo de lucro Leadership Berlin - Netzwerk Verantwortung. Un año antes, un rabino de Berlín había sido insultado, golpeado y herido en plena calle y a plena luz del día, en presencia de su hija de siete años.

Las visitas escolares conjuntas son inusuales. Sobre todo en Berlín, donde, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de los otros 15 estados federados de Alemania, tradicionalmente no hay enseñanza religiosa en las escuelas y la asignatura de religión tiende a quedar fuera de la ecuación.

En entrevista con DW, Stefan Düll, Presidente de la Asociación Alemana de Profesores, explica hasta qué punto el cruel terror y la guerra en el Cercano Oriente suponen un reto para los profesores no solo de Berlín, sino de toda Alemania. Por supuesto, estas cuestiones, como todos los grandes acontecimientos del mundo, "repercuten en las escuelas porque es necesario debatirlas".

El imán Ender Cetin en una clase de escuela.
El imán Ender Cetin en una clase de escuela.Imagen: meet2respect

Según Düll, la guerra en Oriente Medio, la existencia del Estado de Israel, la cuestión palestina y, en un sentido más amplio, las cuestiones del antijudaísmo o antisemitismo son un tema incluso para los alumnos más jóvenes. "Un alumno de quinto curso no ha oído hablar mucho del Holocausto o de la Shoah. Esto significa que los jóvenes carecen de ciertos conocimientos básicos para poder debatir estos temas con sus mayores en pie de igualdad. Eso no se lo pone fácil a los profesores", dice. Los alumnos de origen no alemán tampoco han hablado nunca de "ciertas cosas" en sus propias familias. "No es culpa de estos niños", subraya el presidente de la asociación de profesores.

Asombro en las clases

Este es el mundo en el que viven Dray (46) y Cetin (47). Ambos dicen que nunca les insultan personalmente ni les critican mucho durante sus encuentros en las escuelas. "Y también nos encontramos con alumnos que nunca antes habían visto a un rabino o a un judío", dice Dray. Cetin habla del "asombro" que se registra "en todas partes" cuando los dos clérigos acuden juntos a clase. "Para los jóvenes, un imán es siempre una autoridad, una persona de referencia a la que se respeta", dice.

Para ambos también es importante que sus muchos años de compromiso no se limiten al antisemitismo islámico. También tienen conversaciones desafiantes cuando visitan clases de colegios sin niños inmigrantes. "Entonces se habla de racismo antimusulmán", dice el imán. Y el rabino también habla de combatir este racismo antimusulmán en el espíritu de una sociedad abierta.

¿Serán suficientes las charlas individuales en la escuela? Lo que se recordará, dice Cetin, "es que el imán y el rabino vienen y se llevan bien". A veces se encuentran con jóvenes con los que habían coincidido en un colegio hace tres o cuatro años. "Y entonces siempre recibimos buenos comentarios". Tal vez, dice Dray, sean también las conversaciones "las que ayudan a evitar que la situación estalle en vista del estado de ánimo reinante".

(gg/ers)