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Cambio climático: el deporte de élite, víctima y victimario

Jens Krepela
8 de noviembre de 2023

Del críquet al esquí. El cambio climático está afectando cada vez más al deporte de alto nivel. En Nueva Delhi, los altos niveles de contaminación en el Mundial de Críquet han causado problemas a atletas y aficionados.

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Imagen de un estadio de críquet en la India.
Pese a las advertencias de alta contaminación, el partido entre Bangladesh y Sri Lanka siguió su curso durante la Copa Mundial de Críquet Masculina el pasado 6 de noviembre.Imagen: Arun Sankar/AFP/Getty Images

La vista del estadio Arun Jaitley, en el corazón de Nueva Delhi, en la India, es de aspecto blanquecino. Sobre el terreno de juego, la selección de Bangladés vence por la mínima a Sri Lanka. Sin embargo, los jugadores no son nada envidiables. Debido a la extrema contaminación del aire, tuvieron que cancelar los entrenamientos previos al partido. El índice de calidad del aire (AQI, por sus siglas en inglés) en Delhi fluctúa desde hace días entre "muy mala" y "grave". No se recomiendan las actividades al aire libre por las posibles consecuencias para la salud.

Un revés para la candidatura olímpica de la India

Los problemas en la Copa Mundial de Críquet no son una buena noticia para la imagen de la India, especialmente si el país quiere albergar los Juegos Olímpicos de 2036. Imágenes como las de la vida cotidiana en Delhi, plagada de contaminación, son totalmente contraproducentes.

Durante el juego, los jugadores profesionales de críquet están inhalando partículas especialmente nocivas. Son tan pequeñas que permanecen mucho tiempo en los pulmones. La concentración de estas partículas PM 2,5 alcanzó los 184 microgramos por metro cúbico, es decir, doce veces el límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los organizadores están tratando de paliar los problemas en los partidos del Mundial con purificadores de aire en las cabinas y pulverizadores de agua a lo largo del campo. "En un mundo ideal, no se querría una situación como ésta", señaló el capitán de la India, Rohit Sharma, sobre la contaminación atmosférica, "pero estoy bastante seguro de que los organizadores están tomando las medidas necesarias para evitar una situación así".

Calor, contaminación y pistas de nieve artificial

El hecho de que el deporte de alto nivel se vea afectado por factores medioambientales y cambios climáticos es cada vez más frecuente, señala David Goldblatt, autor y cofundador de la organización "Football for Future", en una entrevista con DW.

"Lo vemos en todas partes: el enorme calor está causando problemas tanto a jugadores como a aficionados, como en el Open de Australia de tenis, en Melbourne", sostiene.

Goldblatt ha escrito un informe detallado sobre la protección del clima en el deporte y su conclusión es que habrá que cambiar, en lugar de apostar por un crecimiento constante. "Tenemos que hacer menos", subraya.

La batalla entre "más" y "menos" es actualmente más evidente en el esquí, uno de los deportes más afectados por factores medioambientales cambiantes.

Mientras la Federación Internacional de Esquí (FIS) prosigue con su intención de ampliar el calendario de la Copa del Mundo, las críticas hacia este deporte son cada vez más fuertes.

"No podemos negar el cambio climático y tenemos que adaptarnos", afirma Christian Scherer, secretario general de la Asociación Austriaca de Esquí.

El presidente de la FIFA Gianni Infantino durante la reunión en Zúrich.
Tanto la FIFA como el COI se han comprometido a una mayor protección del clima en el marco de la Conferencia Mundial sobre el Clima.Imagen: FIFA/REUTERS

El Mundial de la FIFA de 2030: "Una auténtica locura"

Pero el deporte no sólo es víctima, sino también culpable de la crisis climática. Desde los atletas aficionados, que se mueven en coche varias veces a la semana para entrenar y competir, hasta los grandes eventos como los Juegos Olímpicos.

"En términos simbólicos, la Copa Mundial de la FIFA2030 es una auténtica locura", afirma Goldblatt con rabia. Como aficionado al fútbol, simpatiza con la inauguración del torneo en Uruguay, pero una competición con 105 partidos en tres continentes, con decenas de miles de aficionados viajando de un lado a otro, es una farsa desde el punto de vista medioambiental. Aunque asociaciones deportivas como el Comité Olímpico Internacional y la FIFA se esfuercen por etiquetar sus eventos como "respetuosos con el clima" o incluso paguen programas de compensación de CO2, éste "no es un plan plausible", declaró Goldblatt a DW.

Irónicamente, tanto la FIFA como el COIse han comprometido a una mayor protección del clima en el marco de la Conferencia Mundial sobre el Clima: las emisiones de gases de efecto invernadero deben reducirse a la mitad para 2030 y a cero para 2040.

Se prevén más conversaciones en la próxima cumbre mundial sobre el clima, en la COP28, que se celebrará en Dubái a finales de noviembre.

(aa/ers)