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Alemania: qué hacer frente a la caída del poder adquisitivo

Andreas Becker
10 de octubre de 2023

Debido a la elevada inflación, el poder adquisitivo está disminuyendo en Alemania. Esto también tiene mucho que ver con los precios de los alimentos y la energía. Ahora, por primera vez, hay señales de alivio.

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Euros en una billetera.
Imagen: K. Schmitt/Fotostand/picture alliance

El alza fuerte de los precios, sobre todo de los alimentos y la energía, ha golpeado duramente el bolsillo de los alemanes. La tasa de inflación del año pasado fue del 7,9%, y los ingresos no aumentaron lo suficiente, por lo que existen pérdidas reales de poder adquisitivo.

Pero ahora hay indicios de un pequeño alivio. En septiembre, la tasa de inflación disminuyó significativamente y, al mismo tiempo, hubo acuerdos para subir los sueldos en muchos sectores. Se estima que los reajustes serían, en promedio, de un 5,6 por ciento.

Ni pérdida ni ganancia

Con una tasa de inflación prevista ligeramente inferior al 6% para el conjunto del año, esto significaría que los trabajadores prácticamente no tendrían ni pérdidas ni ganancias en el poder adquisitivo, algo que ocurre por primera vez en dos años.

Sin embargo, es importante destacar que el poder adquisitivo es algo complicado de definir, porque tiene distintos significados según cómo se utilice el concepto. Por ejemplo, los precios casi se han duplicado desde la reunificación alemana en 1990 y la moneda ha perdido casi la mitad (49%) de su valor.

Pero no se trata de un fracaso de la política monetaria. El objetivo anual de inflación de los guardianes monetarios del Banco Central Europeo es del 2%. En los 32 años desde la reunificación alemana, una inflación del 2% lleva a una pérdida del poder adquisitivo de la moneda del 47%. En otras palabras, el objetivo previsto se alcanzó casi a la perfección.

Los salarios subieron más que los precios

No obstante, en este periodo antes descrito no solo los precios subieron con fuerza (+94%), sino que también los salarios, e incluso más (+121%). Así que, no sería erróneo afirmar que los trabajadores que trabajan a tiempo completo y que ganan el salario promedio están mucho mejor a pesar de la devaluación del euro.

Pero, ¿qué tan grande es la brecha salarial? "Ya en los años 90, y luego con especial intensidad en los 2000, las diferencias entre los distintos grupos salariales han aumentado mucho", indica Thorsten Schulten, cercano a los sindicatos y director del área de negociación colectiva del Instituto de Investigación Económica y Social (WSI, por su sigla en alemán), con sede en Düsseldorf.

"Los empleados de los sectores industriales florecientes tuvieron muy buenos aumentos en sus ingresos. En cambio, muchos empleados de las industrias clásicas con salarios bajos tuvieron aumentos significativamente más bajos y, en algunos casos, pérdidas salariales reales masivas", subrayó el experto.

Alemania, con una brecha salarial pronunciada

En Alemania, el sector de salarios bajos es especialmente amplio. Una de cada cinco personas empleadas, es decir, el 20%, pertenece a este sector. Es una de las cifras más altas de Europa, que tiene una media del 15%. En los países escandinavos, Francia o Italia, el sector de salarios bajos no llega al 10%.

Alemania también tiene un bajo nivel de cobertura de los convenios colectivos en comparación con otros países europeos. "En Alemania, solo uno de cada dos empleados sigue vinculado a un convenio colectivo. En los países nórdicos, es más del 90%", señaló Schulten.

Esto podría deberse a que no es obligación que las empresas se adhieran a los convenios. La empresa Amazon, por ejemplo, lleva años negándose. Por eso mismo, el gobierno federal planea una ley sobre convenios colectivos, que obligue a las empresas a asumirlos.

"Cuanto mayor es la cobertura de la negociación colectiva en un país, menor es el sector de bajos salarios", opinó el experto del WSI, quien sugiere que esto se aplique en otros sectores industriales con mayores ganancias: "¿Por qué damos todo este apoyo económico, los millones que damos a Intel y a otros, sin vincularlo a criterios sociales?", se preguntó Schulten.

(ju/er)